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La especialidad de Abogado de Familia en CAL Y FOCIÑOS ABOGADOS se ejerce teniendo siempre presente el componente psicológico que una separación o divorcio conlleva y el valor de sentirse verdaderamente arropados para quienes inician una nueva etapa en sus vidas.
Cada pareja es diferente y cada persona es única. Cuando alguien se enfrenta a la ruptura de su matrimonio o de su relación de convivencia se inicia un proceso que conlleva un alto grado de estrés, puesto que junto a la necesidad de solucionar cuestiones jurídicas, económicas, patrimoniales, etc., se entremezclan sentimientos, tensiones y emociones que irremediablemente deben ser abordados y forman parte del bagaje personal del Cliente. Y esto en nuestro Despacho es recordado permanentemente.
En CAL Y FOCIÑOS ABOGADOS nunca olvidamos la importancia de evitar el sufrimiento innecesario que un litigio lleva aparejado, por lo que tratamos de favorecer las soluciones pactadas y convenidas entre las partes siempre que sea posible y sirva a nuestro objetivo último: la defensa a ultranza de los intereses de nuestros Clientes. Pero sea de forma consensuada o vía contenciosa, el Abogado de Familia es quien debe amparar a la persona que pasa por una época de crisis y necesita replantear y redirigir su vida (máxime cuando hay hijos por medio), afrontando numerosos cambios: nueva vida cotidiana, posiblemente una situación económica distinta, el reparto y liquidación del patrimonio común, la reorganización de las actividades sociales y familiares, etc. Por ello, más allá de asesorar y solventar las indudables e importantísimas cuestiones jurídicas que se plantean, el Abogado de Familia debe apoyar de manera particular, comprensiva y cercana a sus Clientes, quienes, en la mayoría de los casos, están pasando por una difícil situación; y, a la vez, aconsejar con la objetividad y prudencia necesarias para tomar las decisiones correctas, puesto que las mismas afectarán, en la mayoría de los casos, al futuro más inmediato, e inclusive a medio y largo plazo, de quienes ponen en nosotros su confianza. Y ello no es cuestión baladí, ya que ambas pretensiones deben ir ligadas de manera indisoluble a nuestra actividad profesional, puesto que no sólo importa el qué si no el cómo del ejercicio de la Abogacía.
Nuestras profundas convicciones nos impulsan y por esta razón, desde nuestro Despacho de Abogados en Vigo queremos que nuestros Clientes afronten su separación o divorcio con todo el soporte y la experiencia jurídica que son precisos, así como con el acompañamiento personal, la comprensión y el respaldo que precisan quienes deben retomar su camino, aportándoles la seguridad y tranquilidad de hacerlo por la senda acertada.